2. Venga, manolo. Hazte la cena

Las noticias dirán «la mujer en el mercado laboral» pero no «el hombre en los cuidados del hogar.

Nos venden una idea de familia muy concreta. La familia es lo más importante, la familia es el amor, la familia es la vida. Y genial. 

Pero puede que no todas las personas sean tan afortunadas de encontrar en su familia un espacio de cuidado, de apoyo, de seguridad o de amor. 

El concepto de familia está mucho más idealizado y mucho más manipulado que las realidades familiares que vivimos la mayoría de las personas.

Independientemente de lo mucho que quieras y lo feliz que te haga tu familia es imposible no reconocer que es un elemento clave en la estructura social necesaria para que se de:

  • El sistema capitalista
  • El sistema patriarcal

Estos formulan la que hoy conocemos como familia nuclear. Compuesta por:

  • un padre 
  • una madre 
  • sus criaturas (a poder ser la parejita)

Esta es una fórmula que impulsó el capitalismo para garantizar que entre la agrupación de personas siempre hubiera:

  • un explotado en las fábricas
  • alguien que se quedase en casa para garantizar la supervivencia del explotado y garantizara la reproducción de futuras personas explotadas o cuidadoras de explotados (hijos e hijas)

Idealizamos la familia, aunque esta no sea ni mucho menos un espacio de seguridad, ni de cuidado,  ni de amor para mucha gente. 

Podemos decir, por ejemplo, que la familia es un espacio de explotación en el trabajo doméstico. 

A pesar de que en los últimos años se ha conseguido una participación más equilibrada de hombres y mujeres en el mercado laboral (ejem) las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares y domésticas. Por eso se habla de “la mujer en el mercado laboral” y no de “el hombre en los cuidados”.

La conciliación entre vida personal y laboral está relacionada con diversos aspectos de la organización de la sociedad, como flexibilidad de los horarios de trabajo, infraestructura y oferta de servicios de cuidados para niños y personas dependientes, cambio en las estructuras familiares, aumento de la longevidad que conlleva un aumento en las necesidades de cuidados de personas mayores o personas con algún tipo de discapacidad.

La Encuesta de Calidad de Vida elaborada a nivel europeo por Eurofound (Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo) cada cuatro años ofrece información en relación al trabajo y a las actividades de trabajo no remunerado, así como la frecuencia y el número de horas dedicadas a estas actividades (cuidado o educación de hijos, de nietos, cocinar o realizar labores domésticas, cuidado de familiares, vecinos o amigos con discapacidad).

Aunque sea tu familia también puede ser un espacio de violencia, como lo deja claro el hecho de que el 53% de las mujeres asesinadas en el Estado español lo son a manos de su pareja o expareja hombre y la mayoría de los casos son cuando todavía conviven o en el proceso de separación. 

Porque eres suya. 

  • El 90% de las excedencias y permisos para cuidar de niños o familiares son pedidas por mujeres
  • Carga emocional de las relaciones, responsabilidad indirecta en ser la cuidadora emocional de todas las relaciones que tiene (románticas, familiares) 
  • Son muchísimos los ejemplos de situaciones en las que hemos ejercido como cuidadoras
  • Lo que eso ha impactado en nuestra realidad actualmente: dejarnos a nosotras en un segundo plano, sentirnos como que estamos siendo egoístas ante cualquier cosa, arriesgar antes por los demás que por una misma.

Y muchas veces también son espacios de violencia contra las criaturas. Según cifras de la Unión Europea una de cada tres niñas y uno de cada 7 niños sufren algún tipo de agresión sexual antes de los 13 años y en el 80% de los casos el agresor es un hombre de su círculo íntimo, casi siempre de su familia.

Sin olvidarnos de todas las personas LGTBIQ que han encontrado en sus familias su mayor espacio de represión y su principal obstáculo para ser libres.

Quizás lo que deberíamos hacer como sociedad es dejar de imponer relatos idílicos sobre espacios que no se construyeron para que la gente fuera feliz, ni libre, ni se cuidara mutuamente. Quizá lo que deberíamos hacer es empezar a señalar, a buscar a destacar los espacios de relación en los que encontramos cuidado, mutuo apoyo, colaboración, acompañamiento, tranquilidad y libertad.

Sin mirar si Dios le ha dado su VB (lo vemos con el equipo xD) o ha sido el capitalismo. 

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